Tras una operación, es importante evaluar periódicamente si tu hijo parece tener molestias. Por lo general, el comportamiento de tu hijo cambiará si tiene molestias, y a veces a los niños les resulta difícil expresar que sienten dolor. El dolor no siempre se expresa con palabras, gritos o llantos. Existen diferentes escalas de estimación del dolor que pueden facilitar la evaluación del dolor en el niño. Puede ocurrir que los niños no admitan sentir dolor porque no les gusta tomar la medicación, que pueden percibir como “amarga” o “demasiada cantidad” para tomar varias veces al día.
El cambio de comportamiento debido al dolor puede manifestarse en que el niño se muestre quejumbroso, preocupado/tenso o apático/inactivo. Pero también pueden producirse otros comportamientos, a saber, mostrarse hiperactivo, llorar con facilidad, querer dormir o no querer comer ni beber. Tú eres quien mejor conoce a tu hijo, por lo que es importante que estés atento a los cambios de comportamiento. Esto te dará pistas importantes para saber si tu hijo experimenta dolor. Otros factores que pueden afectar e intensificar el dolor son el miedo y la ansiedad. Cuanto más pequeño sea el niño, más difícil será entender la conexión entre causa y efecto.
Los diferentes métodos de estimación del dolor son una herramienta para evaluar el dolor.
Los niños a partir de los 3 años pueden valorar sus molestias con la ayuda de una escala facial (ver imagen). En la edad escolar (a partir de los 7 años aproximadamente), cuando el niño puede mejor valorar sus molestias, se puede utilizar una escala con números (véase la imagen). En el hospital se utilizan diferentes escalas de estimación del dolor, que también pueden ser una buena herramienta para utilizar en casa.
Cuando el niño valora sus molestias por debajo de “4” en la escala facial o en la escala con números en todas las ocasiones del día, esto indica que se puede empezar a reducir la dosis de analgésicos. Se puede suspender su administración si el niño sigue evaluando sus molestias por debajo de “4” al día siguiente de la reducción de la dosis. Si su hijo tiene dolor a pesar de tomar regularmente las dosis recomendadas de analgésicos, póngase en contacto con su médico. Lea más en la pestaña Importante.
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